Esta casa de la Sierra de Altea,surgió de un reto planteado por la promotora de construir una vivienda singular en una parcela llana y sin vistas al mar. El reto consistía en desarrollar una casa que por si misma fuera capaz de convertir en algo singular esta parcela. Esta casa marcó un punto de inflexión en el desarrollo, en la evolución de nuestra arquitectura, tratando de dar una respuesta al ejercicio planteado mediante un concepto fundamental: Una complejidad espacial encerrada en un contenedor de absoluta sencillez geométrica de planos rectos superpuestos.